viernes, 13 de febrero de 2015

PRONÓSTICO RESERVADO



                El Consejero de Educación de la Junta de Andalucía, D. Luciano Alonso Alonso, vecino ocasional de Churriana-Málaga, con destino en mi Centro de trabajo, el IES Jacaranda, recibió el pasado día 19 de enero, a las 17,30 horas, en una lóbrega sala, venida a menos, del edificio de servicios centrales de Sevilla a las sufridas delegaciones de asociaciones profesionales, de la Inspección educativa y de asociaciones de madres y padres de la Comunidad Autónoma de Andalucía, enarbolando la bandera de la formación integral como un auténtico superhéroe del sur. Un servidor, parte de la reducida comitiva de la Asociación Andaluza de Filosofía, todavía tenía los garbanzos a flor de piel y temía tener que vencer el sopor para afrontar una dura sesión de trabajo a propósito de la LOMCE, la ley recientemente aprobada, a instancia del actual Gobierno, con la oposición de todos los sectores de la cosa educativa (tiene mérito, tanto como no acertar ningún resultado en la quiniela, por ser algo todavía nunca visto). Pero la reunión tuvo tintes, más bien, de terapia de grupo, y todo quedó en una declaración de intenciones.
Nos recibió el Sr. Consejero como si fuésemos pacientes afectados de una dolencia terminal, casi como si estuviésemos asistiendo a nuestro propio entierro.Como tuvo ocasión de declarar mi amigo Juan Jesús Ojeda Abolafia en la reunión de marras, tiene su aquél, que ser progresista en los tiempos que corren se parezca, cada vez más, a ser partidario de medidas conservadoras. Por ello, en este caso, los presentes entonamos en más de una ocasión el “virgencita, que me quede como estoy” (lo que implica, en muchos casos, la conservación del propio puesto de trabajo), lejos de proclamas revolucionarias, tras escuchar los lamentos, a mi entender, justificados, de nuestras autoridades autonómicas. Se quejaban éstas del desdén con las que trata a las Comunidades díscolas el Sr. Ministro Juan Ignacio Wert cuando les toca asistir a las sesiones de la Conferencia Sectorial. Como sabrán, las Comunidades de Andalucía, Canarias, Navarra, País Vasco y Cataluña (las que acogen al 55% del alumnado español, como nos recordó D. Luciano Alonso) han solicitado recientemente el aplazamiento en un año, al menos, de la aplicación de la LOMCE en la ESO y el Bachillerato en los territorios que administran, tras la publicación del Real Decreto 1105/2014, de 26 de diciembre, por el que se establece el currículo básico de la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato, que consagra la segregación temprana del alumnado adolescente.
Nuestros actuales gobernantes andaluces pretenden introducir medidas paliativas para evitar males mayores, como son la segregación y el desprecio por la formación integral y la atención a la diversidad, o las luchas intestinas entre los departamentos didácticos en busca de horas lectivas, como consecuencia de los posibles excesos derivados de la amplia autonomía de los Centros, ahora que se tiene que acometer el desarrollo autonómico del nuevo marco legal en un plazo de siete meses. El texto de la  LOMCE –que pueden encontrar en el BOE del sábado 3 de enero de 2015, p. 169 y siguientes- está obsesionado por los contenidos (y eso que nos decían, hace poco, que el Ministerio apostaba por una educación donde lo instrumental tuviese el protagonismo) y por los “estándares evaluables” de aprendizaje, que dejan poco margen para la creatividad y la autonomía del docente. La Consejería y las asociaciones que nos pronunciamos en la reunión citada, preferimos la formación por competencias, y somos conscientes de que todo cambio en el sistema educativo debe llevar aparejada la correspondiente financiación. De no ser así, cualquier Ley de Educación nacería muerta o, si me apuran, dejaría muchos cadáveres a su paso. ¿Será verdad, como nos decía nuestro Consejero, que vamos a disfrutar del apoyo de la Administración en tan difícil trance? Uno de los asistentes –que parecía haber leído nuestras mentes- se atrevió a proclamar que “se sentía emocionado”. ¿Saben el motivo? Era la primera vez que las autoridades educativas nos convocaban abiertamente a los profesores para escuchar nuestra voz.
Rafael Guardiola Iranzo

Secretario de la Asociación Andaluza de Filosofía